Sábado 23 de julio, hace ya una semana había planeado hacer alguna aventura pues estaba un poco cansado por los nuevos compromisos de ser Supervisor en mi trabajo y la semana final de clases, a las 8:30 iba a partir el vehículo hacia Baños Morales, resulta que no estaba en la lista, pero después llegó el jeep, tampoco estaba en esa lista, el último vehículo era un furgón amarillo de los utilizados por los escolares.
El conductor Raúl me cuenta de que en Baños Morales tienen poca nieve, de que el mal clima no se ha hecho ver más que solo esconder el sol, pero estamos de acuerdo de que se vendrá mal clima para esta semana o eso nos hacen ver los pronósticos, vientos de 30 km/hr temperatura entre los -2 y -12, nada exagerado más que la gran tormenta esperada para la madrugada del domingo. Partimos a las 8:45 desde la gasolinera de Vicuña Mackenna y Américo Vespucio, me vienen muchos recuerdos de este conductor por varios viajes en el que use este servicio de Turismontaña, son la única opción para ir a Baños Morales en pleno invierno y barato. Pague solo un pasaje, sin retorno pues es más fácil usar el tradicional «dedo» para regresar a Santiago, demoramos una hora hasta el pueblo de San José de Maipo, paramos 10 minutos y volvemos a la pista. Mi equipo es simple y ligero, una carpa vivac de piso 3000mm mi saco Trestles 15 el cual es perfecto para personas calientes como yo, una colchoneta vieja pero que me ha servido ya dos años, cortaviento, chaqueta pluma 700 fill de Marmot, pantalón para la nieve, un pantalón softshell, una camiseta manga corta y otra manga larga, un par de calcetines para la noche, dos de abrigo y dos de primera capa, una cocinilla, un tanque de gas, una comida termofilizada, 6 barras de cereales de maní y el material indiscutible para salidas de invierno, piolet, crampones y casco. También botiquín, antiparras y para qué seguir…
Son las 11:05 am, estamos a 1850 msnm. y puedo comprobar de que la presencia de nieve se desvanece rápido, parto de inmediato por la maravillosa puerta que en algún momento fue el paso de un glaciar y que aún quedan restos junto a las piedras, pequeños muros se interponen dándole adrenalina a mi dia pues esa piedra podrida junto a la acción del frío la hacen ser inestable a pesar de ser precavido algunas veces las hago caer, neveros y más muros hasta que ya tengo la sensación de que llegué a donde quería, observar la cumbre y sus hermanas, imponentes en este vallecito nevado, a las 14 hrs llegó a la Laguna Rubillas tras pasar una señalética, palo de bambú y un banderín rosado fuerte que desentona con los 300 grados a la redonda de blanca nieve y ese cielo con polvo haciendo parecer unas murallas sin fin, la nieve está de mala calidad, en mi contacto se hace agua y la poca nieve que cae hace desaparecer mi huella.
Tres horas más de caminata bajo viento en rafagas de 20 km/hr hasta alcanzar los 50 o más, pocos copos de nieve caen y la ya existente bajo mis pies se hace agua empapandote entero hasta las rodillas, me pregunto si era mejor usar el pantalón de nieve, al tener más capas indudablemente me protegería y el ser más voluminoso no necesitas apretar tanto las polainas, pero el mayor de los contras y el cual no estoy nunca con ganas de aceptar es el calor que generaría, ya con quienes he salido en verano a la montaña o viajado cercano a la línea del Ecuador comprenderá mi odio irracional al calor, sigo caminando dos horas y media más subiendo en ese mar literal, a pesar de ser un pequeño de un metro y sesenta y ocho centímetros mis zancadas son grandes y me permiten recorrer ese tramo interminable aceptablemente pero ya a los 3156 msnm y ver lo que me espera no me deja con las ganas de seguir, estaba ya en el portezuelo y ruta tradicional en la que se sube al costado del Diedro del Maipo, la verdad ya eran las 17 horas y la posibilidad de hacer cumbre con mal clima no me gustaba, sumado al cansancio acumulado y el pronóstico no me dejaron más que las ganas de volver, pero con mi amigo Gnomo del Bosque con quien hace dos años intentamos esta misma cumbre por su cara sur, una vía directa y las verdad no tan dificil volveré. Ya decía que hace mucho no escribía mis salidas, mis aventuras, el trabajo y el estudio me han quitado tiempo así que ya es hora de volver a la marcha, a sentir la naturaleza, ese sonido de los vientos, las piedras que por inmóviles son nuestros sueños, los glaciares que como nadie vive bajo el orden de la transformación para así ser inmortal, cientos de miles de años como hielo, otros cientos como agua para ser nubes y volver con sus otros copos y que el tiempo los esculte como ni un artista puede.
El regreso es por la misma vía, me parece necesario hacer ida y vuelta por la misma vía, apreciar lo que no apreciaste en su momento y guardarlo más allá de lo que puedes llegar a escribir en una hoja, tras una hora cuarenta y cinco minutos bajando encontrando tantos hoyos como sabueso a conejos, encuentro la piedra perfecta para acampar al lado de un tazón de agua que discurre por el sendero y que me aleja del hombre y sus máquinas, maravillosa postal que tengo al despertar del Cerro Retumbadero, Vega y Corona.
Media hora suficiente para estar listo y bajar lo que me costó dos horas en tranquilos 30 minutos y llegar a Baños Morales, encontrarme con el distinguido Don Victor Hugo Burgos, quien junto a su nieto me enseñan tres nuevas cumbres y vías además de ofrecerme cortésmente su casa, agradecido estoy por conocerlo y espero verlo pronto, sigo mi camino en busca de la Cascada Velo de la Novia pero un buen chico me ofrece llevarme hasta Santiago, en buena hora Alexis el «Palta».
Se vienen nuevas aventuras, nuevos amigos de montaña, nuevos cuentos para dormir y momentos que espero jamás olvidar.
Gabriel Concha C. 